Pintura de bambú típica de sumi-e, vía: la mano blanca de la luna

Sumi significa "tinta", y e es "pintura". Como su nombre indica, es un tipo de pintura basada en el uso de la tinta negra y dibujo monocromático.

La tradición del sumi-e proviene de China, pues es un tipo de arte originario del Budismo Chán, popularizado en su versión japonesa: el Zen. Por esa razón, este arte está empapado de la filosofía y estilo zen, y se caracteriza por valorar más el método que la técnica. 

Surgió durante la dinastía Tang en China, y se estableció como arte durante los Song. No fue hasta el siglo XIV que los monjes budistas Chán fueron al archipiélago, y fue entonces cuando se popularizó en Japón, haciéndose muy famoso junto con los otros "caminos del zen":

Dos tigres en sumi-e, vía: Sumi-e Berlin

Del sumi-e se pueden comentar diversas técnicas y temas relevantes así como los "cuatro tesoros" que son las herramientas necesarias para hacer una buena obra de sumi-e. En este post, introduciremos lo más importante para que podáis disfrutar de este arte en exposiciones o museos tanto de arte japonés como de artistas que beben de la influencia Zen o Chán.

El sumi-e busca retratar el espíritu de la naturaleza, animales o paisajes que se pintan. No sólo eso, sino que también, como pasa en todos los caminos zen (como en la ceremonia del té, el ikebana, el bushidô, etcétera), busca unir el espíritu del artista o maestro con su respiración, concentración y cuerpo para poder crear fuera de las distracciones mundanas. La filosofía de esta pintura se basa en la espontaneidad y simpleza, algo que también comparte con el taoísmo de sus orígenes chinos (harmonía y espontaneidad con la naturaleza, dejarse fluir con la vida).

Se pinta a mano alzada y no se busca hacer una gran obra, sino captar la vida de forma espontánea concentrándose en los trazos y la respiración del artista. Los volúmenes y contrastes cobran importancia en esta pintura monocromática, dependiendo de la cantidad de agua con la que se mezcla la oscura tinta china que se usa. 

Pintura de sumi-e, vía: ffrancolugo.wordpress

Así como el shodô o caligrafía japonesa, los trazos a mano alzada representan el estado del artista y su espíritu, así que la manera en que se plasman los dibujos es de suma importancia.

A pesar de que suelen ser monocromáticos, también podemos ver sumi-e con toques rojos o azules que contrastan más con el negro de la tinta.

vía: marphil

Como cualquier otro arte relacionado con el zen, sigue sus principios básicos de asimetría (fukinsei), austeridad (kanso), el gusto por lo antiguo (koko), la naturalidad (shizen), la profundidad (yuugen), el desapego (datsozoku), la serenidad (seiyaku) y el vacío (ku, yohaku).

Este último, el vacío, es especialmente importante en el sumi-e y en cualquier obra de arte considerada zen. La cantidad de "vacío" contrasta con los trazos de tinta que "llenan" el papel, y tienen que seguir un equilibrio (dentro de la serenidad y asimetría) que represente la realidad. Estas concepciones tienen mucho que ver con el famoso Yin y Yang, viendo el equilibrio de la pintura dependiendo de si hay suficiente de ambos elementos según los trazos.

Por último, os presentamos los Cuatro Tesoros del Sumi-e  de forma breve:

La tinta (sumi), el tintero (suzuri), el pincel (fude) y el papel (kami). No pueden ser cualquier objeto, la tinta suele tratarse de tinta china en barra que se deshace en el tintero de piedra suzuri. El material con el que esté hecho el pincel y su grosor marcarán los trazos, y por último, el papel de arroz hecho a mano y su textura determinarán cuánta tinta absorberá el papel para crear una buena obra. Este papel suele ser el washi japonés, papel de arroz tradicional para el arte (tanto pintura como caligrafía).

utensilios para sumi-e, vía: MundoNipon

¿Os ha gustado? Ojalá apliquéis estos conocimientos zen en vuestras creaciones y disfrutéis más del arte japonés después de haber leído esto.