Actualmente, en Japón menos de un 0,5% de la población es cristiana. Sin embargo, durante mucho tiempo esta fue una religión muy importante dentro de la sociedad japonesa. ¿Cómo acabó siendo una religión tan poco relevante? Aquí os contaremos la llegada del cristianismo a Japón y su evolución.
La historia del cristianismo en Japón se traza en tres etapas: el siglo cristiano de Japón (1549-1640), los kakure kirishitans (1650-1865) y el cristianismo en la actualidad.
Esta religión llegó a las islas gracias a la llegada de los primeros misioneros jesuitas del Reino de Portugal en el año 1549. Tras esta llegada, gran cantdidad de sacerdotes pertenecientes a las órdenes mendicantes fueron llegando para esparcir el cristianismo por la sociedad japonesa. ¿Lo consiguieron? Sí, pero no les fue nada fácil. Ninguno de los misioneros conocían la lengua nipona por lo que se les hacía muy difícil transmitir sus creencias al pueblo asiático. San Francisco Javier junto con Pablo de Santa Fe pidieron a Anjiro que les tradujera la obra Declaración de los artículos de la Santa Fe. Una vez traducida se la aprendieron de memoria y durante mucho tiempo la recitaron en las calles consiguiendo evagelizar a gran cantidad de japoneses. Con el paso del tiempo fueron al emperador para hacer que se volviese cristiano y, aunque no lo lograron, sí consiguieron evangelizar a gran cantidad de samurais (gente de gran importancia en la sociedad de la época). Con ellos y con otros gobernadores convertidos al cristianismo, lograron que esta religión fuese una de las más influeyentes en la sociedad japonesa.
Sin embargo, su época de resplandor acabó con rapidez. En el 1578 debido a la amenaza que percibían los líderes japoneses (creían que se les quería invadir a través de la religión) comenzaron una persecución en contra de los cristianos, desencadenando que en el 1597 se condenase a muerte a veintiséis cristianos. Estos fueron atados a cruces, elevados en lo alto de la colina de Nagasaki y los lanzaron por un precipicio. Con el paso de los años estas matanzas serían más frecuentes y provocó que los europeos fuesen expulsados de Japón. Esto provocó el aislamiento japoonés que duró más de 200 años.
Tras esta persecución, llegó la etapa de los kakure kirishitans, literalmente "cristiano oculto". Debido a que ser cristiano en Japón era causa de muerte, todos los cristianos pasaron a la clandestinidad. Las adoraciones cristianas se hacían en cuartos secretos y a escondidas en las casas. Ni siquiera se podía tener una copia de la Biblia, todas habían sido confiscadas por el gobierno. Y no fue hasta el 1868 con la Restauración de Meiji que se permitió crear una nueva iglesia cristiana en Japón permitiendo así el libre culto en las islas gracias a la insistencia de los países occidentales que no veían con buenos ojos esta prohibición del cristianismo. Desde entonces, poco a poco la religión fue extendiéndose entre las islas japonesas.
Iglesia Católica de Oura, Nagasaki