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domingo, 7 de marzo de 2021

Onna Bugeisha, la cara desconocida de los samuráis

 

Los samuráis siempre han despertado la fascinación por el país nipón, siendo estos un elemento bastante importante de la cultura japonesa y también de su cultura popular. Sin embargo, cuando se hace referencia a los samuráis, siempre se habla de los guerreros masculinos y se olvida de la presencia de las mujeres que también tuvieron un papel muy importante en la guerra. Estas guerreras eran llamadas onna bugeisha o “maestras del combate”. Eran miembros de la clase bushi (samurái) en el Japón feudal y fueron entrenadas en el uso de las armas para proteger su hogar, familia, y honor en tiempos de guerra.




 

Se ha tenido constancia de la presencia de estas mujeres en el campo de batalla gracias a las crónicas históricas o literarias, aunque su papel varía enormemente según la época. La existencia de estas guerreras las encontramos a partir del siglo XII. A partir de documentos históricos se tiene constancia que estas guerreras lucharon en las Guerras Genpei (1180-1185) o en el periodo Sengoku (1467-1568), dos etapas de guerra civil entre los muchos clanes que gobernaban un Japón dividido.







 

El periodo Sengoku (1467-1568) representó la época de mayor esplendor para las onna bugeisha. Esta etapa de más de cien años en la cual los señores feudales luchaban constantemente requería que las mujeres del clan estuvieran preparadas para defender sus castillos, por lo que recibían entrenamiento en artes marciales y en el uso de diversas armas. A diferencia de la katana, que era usada por los samuráis masculinos, las onna bugeisha utilizaban normalmente la naginata, una variedad de lanza de hoja curva de gran versatilidad. La naginata permitía compensar la mayor fuerza y tamaño corporal de oponentes masculinos manteniéndolos a distancia.

 




Sin embargo, el siglo XVII empezó con la consolidación del shogunato Tokugawa, que durante más de 250 años gobernó Japón y puso fin a las guerras civiles. Esto cambió el papel tradicional de la clase guerrera, tanto hombres como mujeres: los samuráis se convirtieron en burócratas y las mujeres en administradoras del patrimonio y educadoras de los hijos. Los hombres ya no buscaban en su esposa a una guerrera capaz de proteger a su familia y su feudo. Esto hizo que la práctica de las armas entre las mujeres se redujera notablemente y pasó a ser una disciplina marcial.

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