El Bansenshukai, un libro del siglo XVII que contiene conocimiento
y secretos sobre el entrenamiento del ninja, cuenta la existencia de las
kunoichi, las ninjas femeninas. Estas trabajaban igualmente como agentes encubiertos
en conjunto con los hombres y que cumplían también misiones especiales gracias
a sus impresionantes habilidades de combate o agilidad.
Según los registros, las kunoichi no solían participar en
peleas, sino que realizaban vigilancias o asesinatos silenciosos. Su principal papel
era el de infiltrarse en el hogar de un objetivo con el fin de formar especial relación
con los miembros del clan enemigo para ganarse su confianza. De este modo,
podía recopilar información valiosa sobre su objetivo e incluso planear su asesinato
sigilosamente y escapar sin levantar sospechas.
Una tarea típica para ellas era la de ser sirvientas ya que podían recoger
información secreta gracias a las conversaciones con otras sirvientas o
sirvientes.
Las kunoichi usaban sus encantos como arma para lograr exitosamente
sus misiones, incluso se convertían en amantes de sus enemigos. Aunque la belleza y los encantos femeninos
eran medios que ayudaban a alcanzar su objetivo, estas también llevaban armas
mortales, desde abanicos desplegables con cuchillas ocultas hasta pequeñas
shuriken (arma blanca arrojadiza), pasando desapercibidas gracias al kimono que
llevaban.
El arma más predilecta usada por estas fue el neko-te, hecho
de cuero con puntas de metal muy puntiagudas. Estas eran los suficientemente
afiladas como para arrancar la carne humana. Algunas usaban este neko-te
impregnado de veneno para acelerar la muerte o empeorar el dolor de su enemigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario