Era conocido como "el poeta del manga", ya que usaba un estilo muy propio y lírico, ya que aprendió a dibujar y narrar de forma autodidacta. Tuvo influencias del cómic occidental, eso sí, y se pueden ver claramente en sus obras a través de sus decorados y la multiplicidad de informaciones que se podían ver en sus obras.
Este autor decidió orientarse a un público más adulto, y publicó obras como El rastreador, El almanaque de mi padre o La montaña mágica. Las historias son complejas (aunque parezcan sencillas), los personajes son muy naturales y a la vez profundos; destacamos la importancia de algunas de sus obras, como Paseos de un gourmet solitario, para ver cómo poco a poco y a medida que avanza la trama se va analizando la sociedad de Japón.
Recomendamos a todos aquellos que aún no lo hayan hecho que le den una oportunidad a alguno de sus mangas. No se arrepentirán. Hemos tenido la suerte de que incluso muchos de ellos se han traducido y licenciado en España.
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