Hola a todos,
Hoy en día, ¿a quién no le suena el nombre de Haruki Murakami? Es el autor de novelas que han conmovido a todo el planeta: tanto "Norwegian Wood" (que recibe el título por una canción de los Beatles y que en español ha sido traducido como "Tokio Blues"), como "1Q48" han sido éxito en ventas.
¿Pero... quién es este famoso autor?
Hoy en día, ¿a quién no le suena el nombre de Haruki Murakami? Es el autor de novelas que han conmovido a todo el planeta: tanto "Norwegian Wood" (que recibe el título por una canción de los Beatles y que en español ha sido traducido como "Tokio Blues"), como "1Q48" han sido éxito en ventas.
¿Pero... quién es este famoso autor?
Hablaremos un poco acerca de qué es lo que vivió cuando era joven, qué es lo que ocurría en Japón.
- Baby boom
Murakami
Haruki nació el 12 de enero de 1949, aunque puede incluírsele dentro de
la generación del “Baby Boom”. Esta generación, que a día de hoy tiene
una media de unos 65 años, nació tras la Segunda Guerra Mundial, cuando
Japón comenzaba a recuperarse económicamente. Se dice de los “baby
boomers” que tienen las ideas claras, estrictos tanto con el trabajo
como con los estudios. No acaban de estar conformes con la sociedad
joven actual, y esto se ha visto especialmente claro con la última
catástrofe natural ocurrida el 11 de marzo del 2011.
Hasta 1973, ocurrió lo que hoy conocemos como 高度経済成長 (こうどけいざいせいちょう) “High-speed growth”, cuyo PIB anual era del 10%.
Hasta 1973, ocurrió lo que hoy conocemos como 高度経済成長 (こうどけいざいせいちょう) “High-speed growth”, cuyo PIB anual era del 10%.
- Las protestas estudiantiles
En
1960 se firmó en Washington el 日本国とアメリカ合衆国との間の相互協力及び安全保障条約, que
establecía las bases militares americanas en territorio japonés y
dictaba que en caso de que algún país atacara Japón, EE.UU. tendría que
acudir a su ayuda (no podía ser a la inversa debido a que Japón no tenía
ejército). Esta decisión provocó una oleada de ira entre los jóvenes
universitarios en Japón, cuya fuerza fue aumentando a lo largo de los
años 60. El partido comunista japonés, conocido por su antiamericanismo,
comenzó a dividirse y se crearon nuevos grupos de la izquierda política
cuyas influencias llegaron a los estudiantes que crearon “unidades
políticas”. Todas y cada una de ellas tenían su propia opinión al
respecto y esas facciones competían entre sí para controlar los
gobiernos de las universidades locales con la intención de “extraer
lecciones para el futuro”.
Los motivos de estas revoluciones fueron cambiando a lo largo de los años: los estudiantes protestaron también en contra del tratado de paz entre Japón y Corea del Sur y contra la Guerra del Vietnam; hasta que a finales de los años 60 la universidad de Waseda alzó la voz en contra del incremento de las tasas de la matrícula. Estas revoluciones estudiantiles estaban respaldadas por la oposición política del momento, pero eso no previno varias tragedias en formas de heridos, muertes y asesinatos contra enfrentamientos policiales. Pronto el significado de esta protesta dejó de perder sentido, y lo que antes era la lucha contra la imposición se convirtió en actos violentos y criminales y sinsentidos. A principios de los 70 los grupos revolucionarios y los gobernantes del momento llegaron a un supuesto acuerdo y estos movimientos llegaron a un fin brusco e inesperado, como si “nada hubiera pasado”.
Los motivos de estas revoluciones fueron cambiando a lo largo de los años: los estudiantes protestaron también en contra del tratado de paz entre Japón y Corea del Sur y contra la Guerra del Vietnam; hasta que a finales de los años 60 la universidad de Waseda alzó la voz en contra del incremento de las tasas de la matrícula. Estas revoluciones estudiantiles estaban respaldadas por la oposición política del momento, pero eso no previno varias tragedias en formas de heridos, muertes y asesinatos contra enfrentamientos policiales. Pronto el significado de esta protesta dejó de perder sentido, y lo que antes era la lucha contra la imposición se convirtió en actos violentos y criminales y sinsentidos. A principios de los 70 los grupos revolucionarios y los gobernantes del momento llegaron a un supuesto acuerdo y estos movimientos llegaron a un fin brusco e inesperado, como si “nada hubiera pasado”.
(Artículo por Sachiko Ishikawa)
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